Aprender a pensar fue la primera de las destrezas iniciales que mencioné al comienzo. Esta destreza está en la base de la mayoría de nuestras actividades, y muchas de ellas requieren pensar bien, con lógica y con sentido común. Para hablar y escribir, primero debemos pensar.
En mi concepto, deberían ser las siguientes: leer con buena comprensión, ser capaz de escribir coherentemente, con buena redacción, ortografía, corrección gramatical y lingüística y vocabulario más o menos extenso, dominar las cuatro operaciones aritméticas fundamentales, conocer las diferentes clases de números (los enteros positivos, el cero y los enteros negativos, los racionales, los irracionales, los decimales, los imaginarios y los complejos), ser capaz de plantear y resolver problemas algebraicos elementales, tener una mediana capacidad de pensamiento lógico y haber aprendido a convivir pacíficamente y respetando a sí mismo y a los demás. A esto se agregaría tener mínimas nociones de historia, geografía y Ciencias y -por supuesto- conocimientos básicos en computadores y buenos hábitos de salud, higiene y alimentación. Ahora también se habla de aprender inglés, una meta bastante ambiciosa si se tiene cuenta la deficiencia que se observa actualmente en el idioma materno, el español. En todo caso, para obtener resultados, es indispensable aplicar grandes dosis de sentido común en la Educación, que incluye planes de estudio apropiados y capacitación permanente de los docentes.
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